Los edificios de «hormigón vivo» pueden purificar el aire como lo harian miles de árboles
Los investigadores han desarrollado un «hormigón vivo» que produce musgo, líquenes y hongos que podrían convertir los edificios de la ciudad en purificadores de aire gigantes.
Investigadores españoles han desarrollado un hormigón poroso y ácido que actúa casi como suelo para musgo, líquenes, hongos y otra vegetación tolerante a la sequía.
Están utilizando el material para construir prototipos de edificios de oficinas capaces de absorber más CO2 y contaminación del aire que miles de árboles, mientras emiten oxígeno fresco para que respiremos.
Solo un banco de cultivo de musgo en Londres hace el trabajo de 275 árboles, imagina lo que puede hacer un edificio entero hecho de ese material.
Esas son buenas noticias para las ciudades abarrotadas que, lamentablemente, no tienen espacio para grandes arboledas. La idea de jardines verticales o «muros verdes» ha estado de moda durante un par de décadas, pero hasta ahora solo existen unos 60 edificios en todo el mundo porque se requiere una ingeniería estructural complicada para unir las plantas y el suelo al edificio.
El “hormigón vivo” podría llevar el concepto de muros verdes al siguiente nivel. Está compuesto por tres capas. La capa más interna es una impermeabilización del edificio debajo de ella, protegiendo contra daños por humedad. El medio es la capa biológica absorbente de agua, que apoya la colonización de organismos como el musgo, los líquenes y los hongos. Y la capa exterior es un revestimiento con una impermeabilización inversa que permite que el agua se filtre pero no salga.
La vegetación también aísla el edificio, lo que ayuda a regular la temperatura interior y reduce aún más las emisiones de aire acondicionado y calefacción.