En un hogar de ancianos, el huerto se convierte en la mejor terapia durante la pandemia
Descubre porque en los asilos brasileños optan por practicar horticultura con adultos mayores:
Los huertos pueden convertirse en espacios de actividades saludables porque no requieren mucho esfuerzo, pero si reportan muchos beneficios. Plantar y cosechar nuestros propios alimentos es muy gratificante, tanto que se ha convertido en una verdadera terapia.
La creación de huertos y el contacto con la naturaleza fomenta un estilo de vida saludable, además de fomentar la integración, la rehabilitación, la memoria y estimular la movilidad.
Está comprobado que las personas mayores reciben múltiples beneficios al trabajar en un huerto porque se trabajan diferentes áreas: las funciones cognitivas, las emociones o la actividad física. Al realizar un ejercicio físico moderado, pueden tener un mayor bienestar físico y mental.
En plena pandemia por COVID-19, la práctica de los huertos ganó mucha popularidad debido al aislamiento al que se encontraban sometidos las personas mayores, como medio de prevención de contagios. Es así como encontramos el ejemplo de un asilo en Rio Claro, interior de Sao Paulo, Brasil, que decidió invertir en el cultivo de las huertas para mejorar el bienestar de sus habitantes.
La importancia del contacto con la naturaleza.
Sembrar y recolectar alimentos frescos, sin pesticidas ni químicos, se convirtió en rutina para los ancianos del asilo. La institución reconoce la importancia del contacto con la naturaleza, y las tareas que implican cuidar un huerto influye muy positivamente en las personas de la tercera edad por motivos como:
-
- Desarrolla la paciencia y el sentido de responsabilidad.
-
- Representa una actividad física.
-
- Es un trabajo creativo que favorece la memoria y mejora la capacidad de coordinación.
-
- Fomenta el trabajo en equipo, porque entre todos se organizan para cuidar el huerto y decidir qué plantar.
-
- Genera un entorno más amable y agradable porque generan lazos.
-
- Favorece la integridad social y la autoestima.
El trabajo de la institución.
Los integrantes de la institución se encargan de recolectar los alimentos que forman parte de su dieta diaria. Pero también donan alimentos a otros refugios necesitados y se ponen a disposición para su compra. Quien compra la comida contribuye al mantenimiento del asilo, que depende de donaciones para su funcionamiento.
Otro método utilizado por el asilo para aliviar el aislamiento social es la organización de pequeñas reuniones. “Hemos recurrido a los picnics para mantener a las personas mayores en contacto entre sí y con la naturaleza, de una manera sencilla y animada, con música y mucha comida deliciosa”, dice la institución.
Afortunadamente, desde que la hortoterapia se instauró en el siglo XIX, procedente de Viena, como terapia para tratar determinadas dolencias y enfermedades mentales, su crecimiento sigue en aumento: cada vez más colegios, hospitales, centros de día, residencias de la tercera edad, etc., cuentan con una zona dedicada al cultivo de la tierra y las plantas.
Y es que el tacto de la tierra, los movimientos, los olores y los recuerdos se unen para generar una sensación de bienestar. Además, los beneficios de la horticultura es apta para todos, cualquiera puede ser parte del proyecto.