Joven crea prótesis hechas con plástico reciclado para ayudar a personas necesitadas
La industria de la impresión 3D es un lugar de invención, colaboración y maravillas. Dentro de esta industria podemos encontrar la organización Form5Prosthetics y su historia comienza con Aaron Westbrook, su fundador y director ejecutivo.
Aaron nació con una sola mano, pero no probó su primera prótesis hasta que fue un estudiante de primer año de secundaria. Lo peor es que no le quedaba bien, lo terminaría superando y eran bastante caras. Eso le causó bastante decepción, pero también fue un impulso para embarcarse en una misión que le permitiera crear sus propias prótesis.
De allí nació su interés en dispositivos de asistencia innovadores con impresores en 3D hechos de material ecológico que llevaría a la fundación de su organización. “Me permitió ver un problema que no solo yo estaba enfrentando, sino que también estaban enfrentando otras personas como yo”, dijo Westbrook.
Aaron creó su primera prótesis a los 15 años.
Por suerte, todo comenzó en la escuela secundaria de New Albany que incluía una impresora 3D. Con la ayuda de e-Nable, un movimiento global dedicado a la impresión 3D de manos y brazos protésicos para quienes lo necesitaban, Aaron pudo utilizar diseños de código abierto para imprimir su propia prótesis cuando tenía solo 15 años.
Todo esto fue solo el comienzo. Su propósito era hacer de esto una opción viable para otras personas con diferencias en las extremidades. Incluso llevaba un blog llamado Alive With Five, en donde documentaba las luchas y los logros que conlleva vivir con una mano.
Llevó adelante la campana Kickstarter que le permitió recaudar el dinero para comprar su propia impresora 3D y luego lanzó Form5Prosthetic. Ya en su primer año como organización les proporcionó a 5 destinatarios dispositivos protésicos, realizó eventos de recaudación de fondos y recogió desechos plásticos que podrían reciclarse en material de filamento de impresora 3D.
La gran misión de Form5Prosthetic.
Como parte de su misión, la organización se compromete a proporcionar prótesis sin costo para sus destinatarios. Y otra de sus prioridades es la creencia de que la misión se logra mejor al incluir la perspectiva y las ideas de la comunidad de extremidades diferentes.
De esa idea nace el taller CO-FAB, que reúne participantes, estudiantes universitarios y profesionales de la industria, durante un periodo de cuatro días para desarrollar prótesis para personas con diferencias en las extremidades. El evento se lleva a cabo dos veces al año y está dirigido por voluntarios de diseño e ingeniería, así como por expertos de Battelle y Honda.
Actualmente, Aaron se encuentra haciendo malabarismos entre su vida de estudiante a tiempo completo y las exigencias de dirigir una organización sin fines de lucro en toda regla. Gracias a la junta directiva, y el apoyo de varios miembros de la comunidad su organización ha escalado rápidamente, ayudando cada vez a más personas, adquirir mejores recursos y mucho más apoyo para seguir mejorando.