La increíble historia del dueño de North Face que gastó casi toda su fortuna en crear parques nacionales

Muchas personas afirman que mientras vamos envejeciendo, nos dejamos de preocupar por cosas banales y comenzamos a apreciar lo verdaderamente importante. Encontrar el sentido de la vida, dicen.

Algo parecido es lo que podemos considerar que ha sucedido con Douglas Tompkins, el famoso dueño de North Face. Es un poco comprensible que una vez que consiguió su gran fortuna, no haya tenido más deseos por lo material. De hecho, se atrevió a dar la espalda a sus negocios porque creía que «la industria de la moda estaba creando cosas que la gente no necesitaba».

Este magnate estadounidense, que falleció a los 72 años, para el final de su vida decidió retirarse al sur del mundo y realizar una labor vital: Salvar la naturaleza, salvar la Patagonia y no aumentar su patrimonio.

Douglas Tompkins, un magnate distinto a los demás.

Douglas era sin duda un magnate distinto a los demás. La realidad es que no le gustaban mucho los lujos, no se le veía alardeando su fortuna, y solía pasar por un ciudadano común y corriente; aunque su cuenta bancaria demostrara lo contrario y acumulaba cientos de millones de dólares.

Tompkis nació en Ohio y fue criado en New York. Contó con unos inicios laborales bastante modestos y, aun así, encontró la manera de desarrollar un próspero negocio que ofrece la indumentaria adecuada para recorrer la nieve o subir las montañas.

A sus 23 años ya llevaba adelante un gran negocio familiar de ropa para el invierno: desde sacos para dormir, mochilas, equipos de camping, y cosas por el estilo. A Douglas siempre le gustó pasar tiempo al aire libre, desde adolescente escalaba montañas y participaba en torneos de ski.

«Doug cofundó The North Face en 1966 con la intención de hacer el mundo exterior accesible a todas las personas, sin importar sus capacidades ni orígenes. En el primer catálogo de venta por correspondencia de The North Face, Doug escribió una carta a sus clientes, expresando su deseo de ofrecer a los exploradores un equipamiento que reflejase el proverbio de ‘la necesidad por encima del lujo'», se puede leer en thenorthface.es, donde también se recuerdan las intenciones de Tompkins de difundir el deporte y ampliar el interés por actividades de montaña, como el ‘trekking’.

North Face, de un negocio millonario a salvar la Patagonia.

Con el paso del tiempo, Douglas perdía el interés en su propia creación, y lo sustituía el deseo de dedicarse al activismo y disfrutar la naturaleza.

Fue entonces cuando conoció la Patagonia y se enamoró a primera vista de los enormes glaciares y las irregulares montañas. Allí comenzó a destinar las ganancias de North Face a financiar proyectos dedicados a proteger la Patagonia y el resto del planeta.

Deep Ecology es una fundación creada por este millonario para dicho fin. Millones dólares fueron donados para proteger el planeta, y compensar de alguna manera el daño colectivo. “Debemos ser todos ecologistas, todos vivimos en un planeta que está en peligro. A los empresarios también les afectará el cambio climático. No es inteligente ganar un euro cuando estamos cayendo en el abismo” dijo Douglas Tompkins.

El legado de Tompkins ha contribuido a salvar la Patagonia y aunque no está físicamente en esta tierra, será muy difícil olvidar lo que hizo. Además, North Face sigue contribuyendo para cuidar este planeta.