Pueblos indígenas protegen sus territorios de la deforestación con el uso de tecnología
El Proyecto de protección forestal comunitaria, Amazonía 2.0, es una iniciativa regional que se implementa en 6 países de la Amazonía: Brasil, Colombia, Ecuador, Guyana, Perú y Surinam. Este proyecto es financiado por la Unión Europea.
Amazonia 2.0 se ha servido de alertas satelitales y de intervenciones con GPS para frenar las invasiones de actividades ilegales madereras, mineras o de narcotráfico en tierras de poblaciones ancestrales.
“El uso de esta tecnología sirve para proteger el territorio y la cultura de nuestros pueblos”, explica Jorge Pérez Rubio , indígena del pueblo murui huitoto situado en la frontera de Perú con Colombia.
La metodología de protección forestal comunitaria comenzó a ser implementada en algunas comunidades del norte de la selva amazónica peruana en el 2016.
En el 2018, un grupo de investigadores de las universidades de Nueva York propusieron un proyecto colaborativo para testear la efectividad de esta metodología. La iniciativa fue desarrollada durante dos años con 76 comunidades del departamento de Loreto, al norte de Perú.
A la mitad de ellas se les capacitó con teléfonos inteligentes, GPS y drones para realizar un seguimiento de las imágenes del satélite PeruSAT-1, disponibles en la plataforma pública Geobosques, y la otra mitad continuó vigilando sus tierras conforme a sus métodos tradicionales.
Los resultados muestran que las comunidades dotadas con estas nuevas tecnologías consiguieron disminuir la deforestación un 52% en 2018 y otro 20% en 2019, en comparación a las otras comunidades en las que no se implementó el monitoreo.
Durante 2 años, la actividad de control forestal indígena con acceso a las alertas tempranas satelitales y a nuevas tecnologías vigiló un total de 250.000 hectáreas y salvó 456,3 hectáreas de bosque amazónico que estaban amenazadas. Esta experiencia demuestra que con pocos recursos y con la formación de las comunidades indígenas se puede luchar frontalmente contra la deforestación.
Es importante resaltar que la participación comunitaria en la detección de la deforestación dentro de estas tierras es esencial ya que ellos son quienes conocen el lugar y recuerdan que la primera medida para preservar las selvas tropicales es reconocer los derechos de los pueblos indígenas al acceso y delimitación oficial de sus territorios.
Del total de áreas de Amazonía deforestadas entre 2000 y el 2015, un 17% ocurrió en áreas nacionales protegidas o en territorios inscriptos como propiedad de pueblos indígenas, mientras que el 83% se dio en las que no estaban protegidas ni por reservas ambientales ni por pueblos originarios.
Conservar bosques tropicales para combatir la crisis climática mundial
Dentro de los objetivos del proyecto son contener la deforestación y degradación de los bosques amazónicos, la pérdida de su biodiversidad y servicios ecosistémicos, entre ellos los climáticos, empoderando a un conjunto de organizaciones indígenas y campesinas para actuar y responder organizadamente junto con ONGs nacionales e internacionales, ante las amenazas a sus bosques en cada uno de los países del proyecto.
“Cada hectárea de la Amazonía que se protege es un beneficio no solo para la comunidad sino para todo el mundo. Esto preserva la biodiversidad y disminuye el cambio climático con la captación de carbono”.