Sevilla aprovecha sus naranjas amargas para producir electricidad

Sevilla cuenta con unos 48 mil naranjos repartidos por toda la ciudad y la producción puede alcanzar las 5,7 millones de toneladas de fruta al año. El color vibrante y el aroma de la fruta hacen que la ciudad sea aún más encantadora.

Sin embargo, una buena parte de estas frutas no se utiliza y puede convertirse en un problema. Cuando las naranjas caen sobre aceras y calles, se convierten en una masa húmeda de tierra que atrae insectos y desprende un olor fuerte cuando no se recolectan con regularidad.

Lo que era un problema para los vecinos y el departamento de limpieza de la ciudad española se ha convertido en una solución. Las naranjas que no se recogen se transforman en energía limpia.

Un proyecto piloto lanzado por Emasesa, la empresa municipal de agua, utilizará 35 toneladas de fruta para generar energía limpia para operar una de las plantas potabilizadoras de la ciudad.

Dos problemas y una solución

El proceso de descomposición de las naranjas y otros desechos orgánicos libera gas metano, que tiene una capacidad para retener el calor 34 veces mayor que la del dióxido de carbono y contribuye al efecto invernadero.

Pero en Sevilla, las naranjas y el gas metano ya no son una amenaza porque los residuos se envían a una planta de generación termoeléctrica que aprovecha el gas metano que liberan los frutos en un generador de energía.

«Esperamos poder reciclar pronto todas las naranjas de la ciudad», dijo Benigno López, jefe del departamento de medio ambiente de Emasesa, en una entrevista con el diario británico The Guardian.

Para eso, estima que la ciudad necesitaría invertir alrededor de 250.000 €. «El jugo es una fructosa formada por cadenas de carbono muy cortas y el rendimiento energético de estas cadenas de carbono durante el proceso de fermentación es muy alto», dijo.

Sevilla aprovecha sus naranjas amargas para producir electricidad

 

“No se trata solo de ahorrar dinero. Las naranjas son un problema para la ciudad y estamos generando valor agregado con la basura ”.
Benigno López, responsable del departamento de Medio Ambiente de Emasesa

Aunque el objetivo ahora es utilizar energía para operar las plantas de purificación de agua, el plan final es devolver el excedente de electricidad a la red. El equipo detrás del proyecto sostiene que, dada la gran cantidad de fruta que iría a los vertederos o se usaría como fertilizante, el potencial es enorme.

Las pruebas han demostrado que una tonelada de naranja puede producir 50 kWh, suficiente para suministrar electricidad a cinco casas durante un día; si todas las naranjas de la ciudad se incorporaran al proceso y la energía regresara a la red, la electricidad producida serviría a 73.000 casas.

“La inversión inicial se dirige principalmente a plantas potabilizadoras, que consumen casi el 40% de la energía necesaria para abastecer a la ciudad de agua potable y saneamiento”, dijo Juan Espadas Cejas, alcalde de Sevilla.

«Este proyecto nos ayudará a alcanzar nuestros objetivos de reducción de emisiones, autosuficiencia energética y economía circular».

 

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