Este Triciclo eléctrico se há impreso en 3D utilizando desechos plásticos
El ZUV, es un triciclo eléctrico de cero emisiones impreso en 3D a partir de residuos plásticos reciclados por un estudio austriaco llamado EEOOS, respetando así el medio ambiente en términos de energía y los materiales de fabricación utilizados, siendo una opción ideal para el tráfico local en una ciudad.
El estudio de diseño austriaco, EOOS, se plantea ayudar a reducir las emisiones de carbono en el planeta gracias al reciclaje de desechos poliméricos (fibras, cerámicas, cauchos y muchos otros productos comerciales). Esta idea de economía circular da una segunda oportunidad a todo lo que podamos tirar gracias a la fabricación aditiva como principal motor.
El objetivo principal es que cualquier persona pueda imprimir la estructura en 3D mediante un servicio de impresión 3D cerca de su casa. De esta manera, equipar la bicicleta en una tienda con los complementos adecuados ( ruedas, frenos, manillar, motor). Este concepto de producción local se ha vuelto más popular ya que tiene como meta reducir nuestro impacto ecológico.
ZUV, un triciclo local y más sostenible
El triciclo 3D se fabricó a partir de 70 kg de polipropileno que provenían de residuos de varios supermercados de Viena. Su particularidad también radica en la ausencia de pedales y cadena: el triciclo funciona gracias a un motor en la rueda trasera.
El ZUV de EOOS es un vehículo 3D completamente eléctrico, lo que significa que podría tener cero emisiones, dependiendo de dónde se cargue.
Este triciclo puede transportar hasta 300 Kilos, incluyendo dos pasajeros. Puede alcanzar una velocidad de 25,5 Km/h, que es la máxima permitida para este tipo de vehículos en Europa. La batería incorporada bajo el asiento ofrece una autonomía de 50 Kilómetros. El ZUV, Mide 62 x 190 x 55 cm y tiene un peso de 100 Kilogramos.
Economía circular y el impacto ecológico
La idea es que distintas entidades colaboren para fabricar el vehículo. En cada ciudad, los supermercados se encargarían de proporcionar el plástico para reciclar. Un encargado recogería el plástico y lo llevaría a la empresa de reciclado para obtener el hilo de impresora. Luego, se encargarían de imprimir el chasis con impresoras 3D industriales. Finalmente, los talleres de moto de la zona se encargaría de vender kits con las ruedas, el manillar y el motor. Esto generaría ganancias y trabajo en las empresas de barrio, al mismo tiempo que se reciclan los plásticos de los supermercados.
Un vehículo como este, sería ideal para el tráfico local en una ciudad, reduciendo de esta manera los gases de efecto invernadero.
Esta alternativa relacionada con la impresión 3D es el método más importante para impulsar los vehículos eléctricos, jugando un papel importante en la descarbonización del transporte.
Una vez que el triciclo haya llegado al final de su vida útil, se cree que la carrocería podría ser triturada en pedazos y construirse en un nuevo triciclo, creando un ciclo de fabricación ecológica.